¿Qué hacía un depredador de las profundidades emergiendo a la luz del sol? La aparición del diablo negro en aguas superficiales de Canarias es un enigma para la ciencia.
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Un monstruo abisal sorprende en la superficie
En Buscando a Nemo (2003), la pequeña Dory y Marlin enfrentaban a un pez con una trampa bioluminiscente y dientes afilados. Esa criatura no era producto de la ficción, sino el diablo negro, o rape abisal (Melanocetus johnsonii), un habitante de los abismos oceánicos. Ahora, por primera vez, un ejemplar adulto ha sido avistado y grabado con vida en la superficie, a plena luz del día.
Un encuentro histórico en aguas de Tenerife
El inusual avistamiento ocurrió a solo 2 kilómetros de la costa de Tenerife, durante una expedición de la ONG Condrik-Tenerife, dedicada al estudio de tiburones pelágicos. La bióloga marina Laia Valor detectó la silueta del pez flotando en la superficie, lo que llevó al equipo, compuesto por los biólogos Marc Martín y Antonio Sabuco, junto al fotógrafo David Jara, a documentar el hallazgo con imágenes inéditas.
Hasta ahora, todos los registros de Melanocetus johnsonii correspondían a larvas, ejemplares muertos o grabaciones de vehículos submarinos en zonas de hasta 2.000 metros de profundidad. ¿Cómo llegó este depredador de las sombras a las aguas superficiales?
Un cazador de las profundidades, fuera de su hábitat
El diablo negro es un pez abisal que habita entre los 200 y 2.000 metros de profundidad, en un mundo donde la luz solar no existe y la bioluminiscencia es clave para la caza. Su antena luminosa, cargada de bacterias simbióticas, actúa como un señuelo que atrae a sus presas antes de ser devoradas en un solo bocado.
Pero esta vez, la criatura se encontraba completamente fuera de su entorno natural. Entre las hipótesis que podrían explicar su aparición en la superficie se barajan:
- Una corriente ascendente que lo arrastró involuntariamente.
- Una patología que afectó su capacidad de nado.
- La huida de un depredador mayor.
A pesar de su inquietante apariencia, el diablo negro no representa peligro para los humanos. Sin embargo, más allá de su rol en la cadena trófica, esta especie es famosa por una de las estrategias de apareamiento más extremas del reino animal.
En algunas especies de la misma familia, los machos—mucho más pequeños que las hembras—se fusionan literalmente con su pareja. Sus órganos se atrofian hasta convertirse en una simple reserva de esperma, permitiendo que la hembra se reproduzca cuando lo desee.
Un hallazgo clave para la biología marina
Este avistamiento, ya registrado en la Red de Observadores del Medio Marino en Canarias (RedPROMAR), supone un hito en la investigación de los océanos. La documentación de un diablo negro vivo en la superficie es una prueba del valor de la ciencia ciudadana y la exploración marina en el archipiélago.
El equipo de Condrik-Tenerife, con autorización del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, continuará su labor en el estudio de los misterios del océano. Y aunque este encuentro con el diablo negro haya sido un golpe de suerte, su impacto en la comunidad científica podría abrir nuevas vías de investigación sobre las criaturas que acechan en la oscuridad de los abismos.
Después de todo, el océano sigue guardando secretos que apenas comenzamos a descubrir.
📰 Avistamiento único de un terrorífico pez 'diablo negro' en aguas de #Tenerife 🐟🌊🌊 Podría tratarse del primer avistamiento registrado en el mundo de este rape abisal adulto vivo, a plena luz del día en la superficie #DiabloNegro #Canarias
— Ultimas Noticias Canarias (@UNCanarias) February 6, 2025
🎥 Davir Jara pic.twitter.com/CoRxnmB1kc